Las injusticias ambientales agravan los efectos del coronavirus
Por: Sophia Mayott-Guerrero
El coronavirus ha dejado expuesta la cruda realidad sobre las injusticias en nuestro sistema de salud, derechos laborales e injusta distribución de la contaminación. Incluso aquellas personas que tienen el privilegio de evitar los peores efectos de la pandemia no pueden pasar por alto los fallos en nuestra estructura sistematica de redes de poder y seguridad. Todos, sobre todo aquellas personas con influencia política, deben reconocer que las personas de color y personas que viven con menores ingresos experimentan los mayores índices de complicaciones a causa del coronavirus.
Para agravar las injusticias ambientales, incluida la distribución desigual de la contaminación del aire, espacios verdes y acceso a alimentos sanos, todo contribuye a las condiciones de salud que aumentan la vulnerabilidad ante el COVID-19.
Las comunidades que se han enfrentado a décadas de contaminación del aire tóxico presentan mayores índices de infección por coronavirus, complicaciones y muerte. Esta tendencia peligrosa no es una anécdota. Las comunidades que residen cerca de zonas industriales son más propensas al COVID-19, y las políticas discriminatorias históricas y exclusión económica han generado que los residentes de bajos ingresos, afroamericanos y latinos encuentren un hogar en estos vecindarios.
Para basarse en un conjunto de investigaciones que ha expuesto cargas injustas de contaminación, agravadas con la falta de atención médica, en personas de color y comunidades de bajos ingresos tanto en Colorado como a nivel nacional. Un nuevo estudio de la Universidad de Harvard demostró una clara relación entre la contaminación por partículas finas (PM 2.5) y mayores índices de mortalidad a causa del COVID-19. Nuevamente, este estudio reveló que las comunidades de color tenían mayores probabilidades de afrontar una carga de contaminación y, por lo tanto, malos resultados de salud.
Lamentablemente, las medidas políticas a nivel federal no han sido compatibles con las pruebas científicas que indican el daño e injusticia producidos por parte de PM 2.5. Durante la pandemia de COVID-19, el gobierno de Trump optó por mantener las normas actuales de PM 2.5, mientras debilita las normas de ahorro de combustible y suspende la aplicación de las legislaciones ambientales.
Más allá de las últimas decisiones federales, la votación histórica de algunos legisladores ha definido el futuro de la calidad del aire en Colorado y en todo Estados Unidos. Pese a constituir un estado que tiene 125 millones de toneladas métricas de emisiones nocivas, el senador de Colorado Cory Gardner votó para permitir que la disminución del plan de energía limpia del gobierno de Trump siguiera adelante en el 2019.
Pese a estos ataques federales contra las protecciones ambientales fundamentales, Colorado se encuentra preparado para avanzar. En la sesión legislativa de Colorado del 2020, los defensores de la justicia ambiental impulsan proyectos de ley para aumentar las multas y así responsabilizar a los contaminadores corporativos (HB20-1143) y aumentar las protecciones públicas contra las emisiones tóxicas (HB20-1265). Las medidas de rendición de cuentas y aumento de las protecciones públicas de los contaminadores corporativos han sido necesarias por mucho tiempo, pero la pandemia de COVID-19 enfatiza su urgencia.
Los factores ambientales locales, entre ellos, el acceso a parques, también tienen grandes repercusiones en nuestro bienestar.
La investigación en materia de salud pública ha demostrado los beneficios de los espacios verdes en la salud física y mental. Los parques no sólo fomentan la actividad física y beneficios directos para la salud; también controlan los ecosistemas urbanos al disminuir la contaminación del aire, gestionar las aguas pluviales y enfriar las islas de calor urbanas.
En vista de las amplias ventajas de los espacios verdes y el orgullo de Colorado en las oportunidades al aire libre, debe cumplirse que todas las personas a nivel estatal cuenten con las mismas oportunidades para acceder a estas. Sin embargo, el racismo en el uso del suelo y planificación en materia de vivienda han registrado un panorama de injusticia en los espacios verdes de Colorado. En Denver, los residentes blancos gozan de un mejor acceso a los parques que las personas de color y, por lo tanto, cuentan con oportunidades más sencillas de experimentar los beneficios de salud relacionados.
Los vecindarios con más del 50% de población hispana poseen un 11% menos de espacios verdes que los demás (Equipo de Investigación Comunitaria de la Universidad de Colorado en Denver).
El acceso a alimentos sanos, nutritivos y económicos resultan tan importantes como el aire limpio y espacios verdes. Los alimentos altamente nutritivos estimulan la función cerebral y corporal y disminuyen la probabilidad de diabetes y cardiopatías. Además, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) calcula que una alimentación más saludable podría producir ahorros de 71 mil millones de dólares al año.
Distritos censales en la zona de Denver con poco acceso a alimentos frescos (Denverite, OpenStreetMap).
Sin embargo, en Denver, el 49 por ciento de las comunidades de bajos ingresos a moderados no tienen fácil acceso a los supermercados. Aunque los programas que dirige la comunidad como Growhaus y Denver Urban Gardens han elaborado nuevas cadenas de distribución y programas educativos para abordar esta injusticia, se deben aprobar políticas para garantizar la longevidad en su labor.
La lucha por la justicia ambiental empieza con identificar los problemas específicos. Pero la labor no concluye hasta que todas las personas que consideran a Colorado su hogar puedan tener acceso a aire limpio, espacios verdes, alimentos sanos, atención médica y un empleo que no arriesgue su salud.
A medida que pasamos la crisis del COVID-19 como personas, familias, un estado y una comunidad global, contamos con la oportunidad de crear políticas que hacen más que sólo reducir las emisiones de carbono. El camino que recorramos de la crisis climática y esta emergencia de salud pública puede transformar el futuro de nuestro mundo.
Con las injusticias más que evidentes, ahora es el momento de cerrar las brechas de forma innovadora en nuestros sistemas económicos y de salud, reducir la contaminación en las zonas más afectadas, invertir en los derechos laborales y hallar soluciones políticas que cierren las brechas raciales para beneficiar realmente a todos los residentes de Colorado.
Sophia Mayott-Guerrero, Defensor de comunidades y justicia de Conservation Colorado